Los Galayos - La Mira
23:21 | Author: Ruben

Hoy tocaba ruta con el CECA, y esta vez nuestros amigos de Navalmoral nos proponían, subir al Refugio Victory para ver los Galayos y con opción de ascender a “La Mira”.  La ruta se presentaba bastante interesante con un desnivel acumulado de más de 1200 metros entre el “Barranco del Nogal” (nuestro campamento Base 1, donde casi no llegamos con el autobús por una piedrecita nos estorbaba en la carretera que une Guisando con el parking) y el pico de “La Mira”.

El camino al principio hasta cruzar la garganta en donde nos encontraríamos dos opciones posibles; subir por las famosas “Z’s” hasta el refugio, o bien optar por subir por la “Apretura”. El sendero no tenía mucha pendiente pero el ritmo marcado por la cabeza del pelotón era mortal parecía que iban a cerrar el Victory y había que llegar a la hora, de hecho la ruta estaba marcada hasta el refugio en 2’30 h y tardamos tan sólo 1’45 h.

A medida que íbamos adentrándonos por el valle las vistas iban siendo fabulosas, poco a poco podía ir viendo ya alguno de los famosos picos de los Galayos, primer alto para coger agua en la fuente de “Macario Blazquez”, que rica el agua fresquita de la sierra. Por fín llegamos al primer punto de reunión, el cruce de la garganta; repostamos un poquito y cogemos fuerzas para subir ahora el trazado con más pendiente ya enfilando hacia el refugio del Victory.

Unos cuantos nos fuimos por la “Apretura”, y ahora entiendo porque la llaman así, en ciertos tramos había que trepar un poco por la piedras, el camino tenían bastante arenilla con piedras que a alguno de dio un susto cuando empezaron a rodar piedras hacia abajo, mientras tanto nuestro compañero David había decidido subir con el resto de la gente por las famosas “Z’s” que de fáciles no tienen nada como pude comprobar a la vuelta.

Llegados al refugio las vistas eran maravillosas, el “Torreón” de los Galayos, apuntaba hacia un cielo azul, donde se podían ver a personas escalando y algunos intrépidos coronando cima. Mirando hacia la subida que habíamos hecho las vistas eran geniales se podía ver todo el valle, y hacia arriba ya se pronosticaba el camino que nos quedaba para subir a la Mira.

Después de beber un poquito emprendimos la marcha ahora ya hacia la Mira, primero un camino haciendo “Z’s” con algo también de arenilla suelta, pero que más arriba se convirtió en una pala de nieve en la que no quedaba más remedio que seguir las huellas de los primeros del grupeo, menuda pendiente estábamos ascendiendo, en un altillo paré y me puse las polainas que ya estaba empezando a notar como el frio de la nieve estaba mojando los pantalones.



Alcanzada la llamada “Puerta Falsa”, foto de vista a tras, y seguiríamos por el cordón ya enfilando hacia la izquierda como objetivo seguir a nuestros compañeros que estaban ya coronando cima.

 

Llegados a la cima pude comprobar en que nuestro amigo Miguel estaba en lo cierto las vistas son inmejorables y eso que hoy había un poquito de calima, la nieve cubría todas las cimas, es increíble 23 de Mayo y hay muchísima nieve por todos lados.

De repente miro a mi izquierda, y ¿qué veo? El moro Almanzor, majestuoso desde su lado norte cubierto entero de nieve desde la Galana hasta la Portilla del Rey, que será nuestro próximo objetivo el fin de semana del 29 de Mayo, ¿Qué nos deparará?.

Poco rato estuvimos en el pico de la Mira, emprendimos de el camino de vuelta al Refugio del Victory que amenazaba tormenta, y yo aproveché para estrenar mis Crampones de Correas que me había comprado unos días, antes, hay que decir que la nieve no obligaba a llevarlos, pero haber si me iba dar un dolor de barriga y me iba quedar sin estrenarlos…

Bajada de nuevo por la pala de nieve y alguno que otro se llevó un susto resbalando pendiente abajo… Llegados ya el refugio desenfundamos los bocatas, las ensaladas, los postres, hasta el orujo, que nunca falte!! Estuvimos compartiendo mesa con unos chavales simpáticos de Hervás que habían venido a poner en práctica el deporte de escalada.

Una vez llenado la panza, empezamos a descender por las famosas zetas por las que antes había subido David, pero esta vez le añadimos un extra de emoción, nuestro compañero de rutas, Jose Antonio nos estuvo enseñando un poquito de  “destrepe” por los canchales que bajaban de vuelta al camino por que había subido al refugio, a más de uno ya a estas horas le temblaban las piernas…

Pasados de nuevo la garganta directa ya al Barranco del Nogal donde el grupo estaba esperando para marcharnos. Conclusión ruta genial y bastante movidita por el gran ritmo que llevábamos y el desnivel que nos marcamos, moraleja: el fin de que viene piernas eléctricas.

Esta ruta que os presentamos empezó en un principio con una propuesta de hacerla por un sitio diferente, mejor dicho completamente diferente, me explico; días atrás David y yo nos llamamos como viene siendo ya habitual,  quedando que este fin de semana iba a ser un paseíllo “relajado”, que el nivel 9 sería para otro día, el objetivo era quedar en el Barco de Ávila, y subir a la Laguna del Circo, estar por allí comiendo y disfrutando de las vistas del paisaje y poquito más.

Pero el viernes de ese fin de semana, llamo a David y le digo: oye por qué no hacemos una más grandes, de las que me gustan a mí, le tuve que pillar en gracia porque de repente me dice vale, pues lo dicho en poco más de cinco minutos nuestra ruta de 5 horitas a la Laguna del Barco se había convertido en una ascensión desde el puente del Pinillo (El Raso) hasta el Sillao de la Peña, con opción de subir a la Peña Chilla (opción más que segura), y vuelta por el camino del Tío Domingo, cristinamente hablando 9 horas y 15 minutos de ruta, no está nada mal como podréis observar, iluso de mí que me quería llevar a mi perro.

Pues, he aquí nuestra aventura:

Alcobendas 05’00 h, Sábado, suena el despertardor, ¿eiin? ¿Es posible que suena a esta hora este arma de destrucción masiva?, si parece que sí, me levanto corriendo a pasear con el perro y los últimos bienaventurados en recogerse de la noche alcobense se retiran cabizbajos hacia sus casas, yo alegremente si se puede llamar así empiezo ya a notar esa sensación antes de hacer una marcha. Salgo para Candeleda a las 5’35 h me quedan más de 200 km de autovía y carretera para desayunar con mi compañero. Las 8’00 h David hace su aparición por Candeleda y tomamos un rico café acompañado de un chupito de hierbas para coger fuerzas, ponemos rumbo al raso, parando mientras unos minutos en la carretera para ver por dónde vamos a ir y de paso le enseño mi mapa de Carlos Frías que me he pillado en la tienda de Desnivel.

Las 9 horas y nos colocamos los bártulos en el puente del Pinillo subiendo por el camino que lleva a la majada que esta un pelín más arriba, enseguida la alcanzamos acordándonos de nuestro amigo el cabrero… ¿estará por aquí hoy?. Seguimos subiendo y la verdad es que el camino es muy agradable, de vez en cuando podemos ver a los “Hermanitos de Tejea”. Seguimos progresando y llegamos a un alto donde aprovechamos para coger un poquito de agua que el día se presenta seco y además sin arroyos del que podamos surtirnos, en el alto este nos encontramos a un padre con su hijo que venían de darse una vuelta y que nos acompañan hasta un poquito más atrás del “Collado del Hinojoso”.

Por fín alcanzamos el “Collado del Hinojoso”, la vista es espectacular, aunque a veces las nubes nos quitan panorámica, podemos ver el Moro Almanzor, el Sagrao y mirando a tras vemos nuestra tierra, aquí en el Collado del Hinojoso es donde se junta nuestra ruta inicial con el Camino del Tío Domingo, que ahora seguiremos hasta el “Sillao de la Peña”.

De camino al Sillao nos encontramos con nuestras ya habituales amigas; la cabra hispánica, bastante jóvenes también en este caso, ahora empezamos a ver la otra garganta que sube por el Monasterio de Chilla, espectacular ruta también la que sube de este, hasta el Silla. Poco a poco vamos ciñéndonos cada vez más a la montaña lo que será la falda de la Peña  Chilla.

Por fin llegamos al Sillao de la Peña, sin palabras, el Asperón al fondo, el Almanzo, el Sagrao ¿a quién no le puede gustar levantarse un sábado a las 5 h y ver esto? Merece la pena de verdad. Descansamos un rato haciéndonos las respectivas fotos y mirando hacia la Garganta Tejea aunque ya en estas alturas es el Arroyo del Charco Zarco.

Bueno pues ahora empezamos con opción de la Peña Chilla, comenzamos a buscar un camino pero parece que no hay, la ascensión será por la pared que tenemos en prolongación del Sillao de la Peña, como cabras empezamos a subir de piedras en piedra, la verdad es que el camino no era muy fácil pero bueno la moral bien alta y zumbando para arriba buscando huecos y apoyos.

Por fin llegamos a la zona de la Peña Chilla, dudamos un poco como acceder porque había de vez en cuando alguna palita de nieve, más bien hielo que no tenia buena pinta y resbalarse por aquí no mola. Al final nos confundimos de pico y nos encaramamos al de la derecha que es de parecida altura y que desde donde estábamos la Peña se veía igual. Como era más bien la hora de comer y la verdad es que teníamos un hambre bastante bueno decidimos estar poquito rato y bajamos de nuevo para el Sillao, que nos estaban esperando los bocatas. La bajada fue algo más complicada íbamos buscando una vía fácil que algunas veces se perdía.

Después de degustar unos bocatas bien ricos, pusimos pies en el camino e iniciamos esta vez el descenso hasta el Collado del Hinojoso de nuevo para bajar esta vez por el camino del Tío Domingo y posteriormente la pista que se nos hizo interminable hasta el puente del Pimensaillo.El camino del Tío Domingo termina prácticamente en una pequeña plataforma donde muere la pista forestal, la cual es muy aburrida pero llegando ya a su tramo final el vallo por el que sube la Garganta Tejea se muestra precioso, con los verdes helechos que lo poblan.

Nueve horas después llegamos al coche, y pensando que aún me quedaban otras 2 horas y algo más para llegar al campamento base 1.