Por fin después de un largo curso montañil, este fin de semana vamos a realizar una ruta clásica, Plataforma de Hoyos del Espino – Laguna Grande – Almanzor y vuelta, estaremos un par de días por el Circo de Gredos tomándonos un buen descanso y contemplando las maravillosas vistas que nos ofrece este lugar.

Para esta vez cuatro somos los aventureros que decimos coger mochilas y avituallamiento para esta actividad. Nuestros compañeros Jose y Miguel deciden adelantarse el viernes por la tarde en la subida, mientras que David y yo empezamos una nocturna hacia el circo de Gredos a eso de las 23 horas.

De camino por esta bonita subida pudimos ver desde el típico largo de gredos hasta como brillaban las piedras del reflejo de la Luna, una de las mejores fue cuando alcanzamos la zona de los Barrerones y el circo se abrió ante nosotros, mostrándonos un brillante Almanzor que nos esperaba para el día siguiente.
Llegamos a la zona de acampada delante del Refugio Elola, tumbamos los sacos y a dormir o disfrutar de la noche…

A la mañana siguiente pusimos el turbo comino a hacia la olla de Antón para subir por la canal del Crampón, y hacer poco después cima en el morito. La vuelta la hicimos bordeando el Risco de la Portilla del Crampón, hacia la Portilla Bermeja, una opción bastante buena para no hacer el mismo descenso… Para aquellos que no le importe gastar un poco más de tiempo merece la pena hacer la vuelta por la Bermeja y después bajar a la Olla de Antón, por que las vistas de la Peña Chilla así como de su garganta son inmejorables y también viendo siempre todo el circo de gredos.

Por la tarde siesta en los alrededores del refugio y una vez recuperados pusimos la directa a un ritmo fuerte para intentar “El Casquerazo”,  al final la cosa quedo haciendo la portilla y con unas clases de vista panorámicas de nuestro amigo Jose.

Por la noche risas con los amigos del Club Placentino de Valcorchero, en el que más de uno confundía la portilla de los “Geograbos….” Buen final para una temporada llenas por lo menos sorpresas por mi parte. Al día siguiente de vuelta a la plataforma y degustación de dos buenas raciones de orejas.

Nos vemos en PICOS DE EUROPA!!!!

Última  ruta de las grandes antes del final de temporada, hoy nos dirigimos desde nuestra localidad hasta el Puerto de Umbrías para hacer una ruta muy bonita y exigente, que consistirá hacer cima en la cumbre más alta extremeña; La Covacha con 2.399 m para después bajar hacia la Lagunar Negra y la Laguna de Galín Gómez o también conocida como Laguna del  Barco de Ávila.

El verano aprieta y salimos de nuestro pueblo de noche, llegando al Puerto de Umbrías, donde dejamos el coche con los primeros rayos de Sol del día. Al principio tomaremos una pista que nos llevará por una serie de puertas, nosotros como buenos ciudadanos iremos abriendo y cerrando cada una de ellas, pasando en una de estas por el Refugio de “Las Palomas”.

Poco más adelante empezamos a ver el Circo de La Laguna de Galin Gómez, llegados al punto en el que el PR baja por nuestra izquierda nosotros continuamos pegados a la valla metálica que sube por la cuerda de la montaña hasta el “Risco del Águila”. Hacemos el primer alto para tomar un poquito de vida y seguir.

Nos empezamos a dar cuenta que el camino se pierde y apenas se ven los hitos en un mar de piornos de los que asustan, intentamos ir buscando alguno al principio entre tanto nuestro compañero de batalla, Miguel, encuentra un víbora a en su búsqueda. Tras estar buscando a la vez que progresábamos por la pendiente, nos encaminamos directos a subir por ella ya sin buscar los hitos. La ruta a mi parecer se hizo quizás más complicada y pesada por los piornos que nos encontramos ya que avanzar por ellos era muy difícil y además de su extensión.

Pasado ya buena parte del mar de piornos llegamos al Alto del Mojón, las vistas de la Laguna son muy bonitas, de ahí ponemos rumbo directo a Castilfrío desde donde ya podríamos ver la portilla Jaranda (que recuerdos…) y mirando por nuestra izquierda nos encontraríamos en orden: Las Azagayas, La Covacha y El Juraco, menudos tres.

Vamos siguiendo la cuerda para llegar a la Angostura, donde nos encontramos con algún pasito que en invierno tiene que estar interesante hacerlo con nieve, llegando al canchal de la Angostura donde se junta la cuerda que llevamos con la que viene del Estecillo.

Pasamos bordeando hacia el sur la Azagaya, al final no subimos porque el calor ya apretaba bastante y nuestro objetivo era hacer cima en La Covacha, pero para otra sí que subimos. Menudas barranqueras hay hacia el sur…

A poco más de medio día llegamos al vértice de la covacha, preciosas las vistas que contemplan este lugar, mis compañeros decidieron tomar el aperitivo pero yo pase de ello y fui al bocata directamente que el hambre empezaba a sonar… En la cima nos encontramos que el vértice estaba partido pudiendo ver más abajo un trozo de él, probablemente fue un rayo.

La bajada la hicimos por la base del Juraco, siguiendo uno hitos que nos llevaría hasta la laguna negra y más tarde hasta la laguna del barco. La bajada a trozos era complicada no por su dificulta si no por la pendiente que cogía en algunos tramos y por el cansancio ya acumulado de la ruta.

Al final la ruta terminó con un buen baño refrescante en la Laguna del Barco, donde repusimos fuerzas y emprendimos nuestra marcha de vuelta por la pista forestal que nos llevaría hasta el coche.

Conclusión 11 h 45 min de ruta contando paradas, mucho más de lo que habíamos pensado, pero el tute valió la pena

Otra vez estamos aquí los aventureros, aunque con unas semanas de retraso os traigo una de nuestras últimas rutas antes del final de temporada que ya está próximo. Esta nuestro amigo David, ya más conocido como el “Topógrafo” de las expediciones, sacó sus escuadras y cartabones y nos propuso hacer una especie de “Circular del Tio Domingo”, para ello utilizaríamos Viernes – Sábado y Domingo, saliendo el viernes con las últimas luces del día que la subida al campamento de pernocta fuese más amable hablando en términos de temperatura.

Día 1: Puente del Pinillo – Sillao de la Peña

Aunque nuestras intenciones eran haber dormido en el “Collado del Hinojoso”, terminamos durmiendo en un vivac en el mismo Sillao. Os cuento la historia:

Con las ultimas luces del día David y yo esperamos a que apareciese nuestro gran sabio mentor, el señor “Bulto Jaraiz”, en el Castro Celta que se encuentra en la pedanía del Raso. Una vez visto que no paraba salimos zumbando detrás de el por la pista que nos llevaría al puente del Pinillo, donde dejamos el coche, y nos empezamos a colocar los bártulos, para comenzar el ascenso a nuestro objetivo.

La subida inicial se empezó hacer difícil con el gran peso de la mochila ya que en  previsión de las tormentas por el AEMET, decidí echar en la mochila la tienda de campaña de dos plazas del año del “cheche” con estructura metálica incluida, pero bueno, así nos darán algún día el título de sherpas de Gredos. La primera parada fue en el venero que encontramos en la zona del Barquetón (Arroyo del Hinojoso), para coger agua David y yo mientras nuestro maestro ponía el turbo y salía disparado camino arriba.

Más adelante nos encontramos en un prado un montón de vacas, ya próximos al Hinojoso, pero nuestra mayor sorpresa fue la de encontrarnos nuestro lugar de pernocta lleno de un rebaño de cabras, que además las frenaba un perro pastor impidiendo que se fuesen pese a nuestro continuos silbidos pastoriles, Bulto Jaraiz más que proponer afirmó “al Sillao de la Peña Chilla a dormir”, con una cara más larga que otras algunos afirmamos y tiramos …

Después de casi 4 horas de ruta llegamos a nuestro sitio, con ganas de cenar y acostarnos y rezar para que los rayos que se veían por la zona de la Vera no tuviesen a bien venir el darnos una sorpresa en lo que quedaba de noche.

Día 2: Sillao de la Peña – Portilla Bermeja – Refugio Elola

El despertar fue temprano, de hecho a alguno más que otro le costó quitarse la legañas mañaneras del vivac, desayunamos y pusimos el turbo en una mañana que empezaba a amenazar lluvia con las nubes invadiendo la cuerda del Almanzor.

Siguiendo nuestro camino llegamos al “Risco Redondo”, donde cada vez más la niebla intentaba atraparnos, más adelante pasado ya el “Risco de los Cachorros”, las predicciones se cumplieron esta vez, descarga muy severa de granizo y unos rayos tan cerca que hicieron que nos mirásemos con cara de: “pero que cojones hacemos aquí”, moraleja las tormentas en casa o en la barrio no tienen nada que ver con las que hay a partir de 2000 metros. Sacamos corriendo nuestros impermeables y piez en polvorosa decimos seguir progresando para atacar la portilla “Bermeja”. Poco después dejaría de granizar quedando unos torrentes de agua por todas canales que formaban las rocas.

Próximos a la entrada en la Portilla Bermeja pasamos por la ya famosa bautizada como “Entrada al infierno”, según David por lo tétrico que es lugar con sus piedras en punta.

Alcanzada la cima de la portilla Bermeja, nos surgió la cuestión de seguir por la cuerda para atacar al Almanzor, pero rápidamente desechamos la opción en vistas de posibles nuevas tormentas. Así que para darle emoción nuestro amigo Bulto Jaraiz decidió hacer un rapel improvisado con un “ocho, mosquetón y una especie de arnés / cinta”, la experiencia fue divertida, a la vez que didáctica la verdad. ¡ Cuánto nos queda que aprender !.

Tras jugar un rato como niños por una palita de nieve en la que el más mayor tuvo un sustillo pusimos el objetivo en el Refugio para almorzar y pasar la tarde. La tarde fue de lo más agradable donde más uno se quedo dormido a pleno sol.

Eran las 17 horas, y entre un vino y otro me empezó a picar la curiosidad de salir a “estirar las piernas” por el barrio, tras preguntar a un compañero del refugio, me recomendó subir tranquilamente hasta la base del “Casquerazo”. Así lo hice, cogí la mochila con una botella y el piolet y crampones porqué desde abajo se divisiva una buena pala de nieve, al final terminé casi subiendo hasta la portilla los machos por la canal, y rodeando el Casquerazo para sentarme a comerme una barrita de chocolate en una de sus aristas laterales, viendo la laguna y a los cotillas que se quedaron vigilándome desde la terraza del Elola con prismáticos.

Día 3: Refugio Elola – Canal de los Geografos – Portilla del Venteadero – Portilla Cinco Lagunas – Llano del Asperón – Collado de la Lagunilla – Ortigales – Canal del Joral – Garganta Tejea – El postuero – Puente del Pinillo.

El Domingo empezamos temprano, el día después de un desayuno en el que servidor probo a desayunar también con las piernas… pusimos la directa para “Canal de los Geógrafos”, compañeros de profesión de nuestro amigo David… en la que Bulto Jaraiz se nos escapó, bonita canal, en la que íbamos estrechándonos entre unos canchales y el “Ameal de Pablo”.

Más adelante encontramos a José Antonio esperándonos por debajo de la “Portilla del Venteadero” con unas maravillosas vistas a La Galana. Subida en poco rato a la zona del Venteadero, en la que después empezamos a rodear toda la cuerda un poco por debajo de la misma, dejando los Riscos del Gutre, y prosiguiendo para pasar por nuestra ya conocida “Portilla de las Cinco Lagunas”, de camino a esta nos encontramos con un par de montañeros, que no andaban muy bien de orientación. Estos nos acompañaron hasta famosa pared en la que nosotros empezamos a descender para ir bordeando la zona de los “Castillejos”.

El camino se presentaba difícil ya que en un inmenso pedregal donde nos costaba ver los hitos de señalización además de hacer algún destrepe, conseguimos llegar a un camino que mantenía la altura, ya empezaban a flaquear las fuerzas, como el camino mantenía la altura y no encontrábamos la forma de bajar decidimos iniciar un rápido descenso a través de la canal del Joral, para ir a dar al primer chozo de la Tejea, un poco más atrás del “Pie del Zapato”.

A partir de este punto iniciamos un cansado descenso por el camino que lleva a nuestros conocidos Chozos del Tío Domingo, para después ir al Postuero y finalmente al que hace dos días fue nuestro lugar de partida.

Ruta preciosa pero de dificultad muy alta sobre todo el último día, por el gran cansancio del desnivel y por la longitud, que pena que no pudimos subir al morito, otra vez será!